Sabores autóctonos y de calidad
Tanto en los quesos artesanales como en los elaborados de forma industrial, encontramos excelentes productos para todos los paladares que rescatan las variedades tradicionales por una parte, y crean nuevos quesos adaptados al gusto actual por otra.
Queso de La Nucía.
El queso de La Nuncía es una variedad que proviene de la localidad alicantina del mismo nombre. Se elabora con una mezcla de leche de cabra y vaca y es suave y blando, con poca sal y sin corteza exterior ni ojos. El queso adquiere esta forma porque se deja escurrir en hueveras metálicas con una malla de rombos.
Queso de Servilleta.
El queso de Servilleta es otro queso fresco valenciano pero que a diferencia de la mayoría de quesos frescos, cuenta con una versión curada. Para producir este queso, se recurre a la leche de oveja y de cabra de ganado procedente de La Costera y el Alt Vinalopó.
Queso de Cassoleta.
También
conocido como saladito valenciano, queso de Puzol o queso de
Burriana.
Para
fabricarlo, se emplea una pequeña cazuelita en la que se introduce
leche de vaca, cabra y/u oveja o una mezcla de las tres. Es un queso
de pasta prensada, redondo y pequeño (200 a 500 gramos), un queso
blanco, tierno, húmedo y salado.
Queso Blanquet.
El Blanquet es un queso blanco de cabra profundamente unido a la tradición quesera de Alicante. Su sabor es más dulce que salado, y puede conservarse en salmuera o mediante el proceso propio del queso tierno, tras salarlo y someterlo a un período de oreo reducido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario